La carencia de publicidad y bajos salarios encienden una luz roja
La pureza es una cualidad que se ha perdido en varios ámbitos de la vida profesional de los periodistas, pero tal vez se hace más visible cuando encendemos el televisor, radio o revisamos el diario matutino. Muchos se quejan en redes sociales a diario por la carencia de contenidos de calidad y por la vanalización de la realidad que vivimos.
Noticias cuyo contenido es pago, periodistas que reciben un cheque por servicios profesionales, conductores de radio que son asesores de empresas o políticos sin que su audiencia lo sepa y una constante rotación de personal en salas de redacción por las cargas de trabajo y malos salarios.
Lo curioso es que el fenómeno detrás de esta palpable prostitución pareciera responder a una demanda de mercado, que pocos quieren reconocer.
Es fácil señalar a los productores o editores de contenido como responsables, pero hay que acercarse un poco a la realidad del mercado, para enteder que ya no es sostenible darle a la audiencia solo «lo que necesita saber»
Ejemplo: El canal que nació con métricas y murió por ellas
En 2011 fuí invitado a construir un nuevo canal de televisión, para el cual se habían tomado «todas las previsiones» antes de su lanzamiento.
La misión era clara, producir un concepto profesional de noticias que respondiera a la necesidad de informativos de alta calidad, con nuevo talento y mucha información. La Casa Encuestadora Cid – Gallup había preparado toda una tésis nutrida de encuestas y focus groups, el cual se unía al análisis de Agencias de Publicidad y Productores del calibre de Argos en México..
Todo parecía claro, pero lo cierto del caso es que desde su lanzamiento, todos los gerentes empezamos a percibir que el producto no se reflejaba en las mediciones de audiencia y en consecuencia, no se recibía la publicidad.
A pesar de que los cambios de timón fueron constantes y se veian signos positivos en el raiting, la conclusión a la que tuvimos que llegar era devastadora. La audiencia determina lo que quiere ver y no es precisamente lo que se extrae de las encuestas de opinión y consumo, pues la gente no necesariamente es 100% honesta al responder. Es así como el canal que nació con sólidos manuales de contenido y formatos televisivos, terminó cerrando sus puertas en 2015 y vendiendo sus activos a la competencia.
El periodismo puro, sí se puede reformar.
La experiencia que surge tras los aprendizajes debe llevar a los que toman decisiones en las empresas de contenido a diversificar sus producciones, a revisar los canales por lo que su audiencia desea informarse (Whatsapp por ejemplo), pero ante todo; deben reformar su acercamiento a las historias, tema del que hablé en La televisión no es radiovisión .
El horizonte está difuso, pero hay claros indicadores que pueden traer esperanza para una profesión que tiene una fundamental misión en la sociedad y que debe retomar sus raíces, aprovechando la tecnología y el talento de sus comunicadores.
Si pudiese devolver el tiempo, el noticiero de Canal 9 podría haber sobrevivido, tal vez no en la TV, pero sí en una multi plataforma en donde la publicidad solo sea una vía más de ingresos y donde sus comunicadores sean co dueños y receptores de los beneficios económicos que una empresa puede generar.
Hola muy acertado canal 9 me encantaba
Suerte y éxitos en multimedios