Lo que inició como un sacrificio para patrono y empleado, se ha convertido en una eficiente forma de trabajo que tiene muy contentos a quienes saben aprovechar la oportunidad del tele trabajo.
En Junio del 2020, me encontraba en Panamá cuando la pandemia del #covid19 cerró aeropuertos, fronteras terrestres, comercios y oficinas. El whatsapp de la empresa empezó a sonar para instruir a los compañeros a ir a buscar sillas para instalarse en casa.
Ha pasado más de un año y sigo trabajando virtualmente, con grandes ventajas para mí como persona y con grandes oportunidades de cambio para la organización para la que colaboro.
Nuevas políticas de flexibilidad laboral se han anunciado en varias compañias, lo que podrá contribuir a la atracción de nuevos talentos y al ahorro de miles de dólares en alquileres de oficinas.
Ni que decir del aporte al medio ambiente, con la significativa reducción de flujo vehicular en nuestras ya congestionadas calles.
Según el blog COINC, hay varias razones para apoyar esta modalidad.
Conciliación de la vida personal y laboral. …
Menor estrés. …
Mayor flexibilidad de horarios. …
Reducción de gastos. …
Mayor productividad. …
Menores costes. …
Mejores candidatos. …
Reduce el absentismo laboral
No tengo duda que hay ventajas en los ambientes de trabajo presenciales y estoy seguro que no desaparecerán por completo, pero lo cierto del caso es que la virtualidad llegó para quedarse y quienes se beneficien de este modelo, podrán ganar muchas horas y minutos de vida, gastados en la calle.