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¿Cuál es la historia? La pregunta clave para comunicarse bien

Comunicar es un arte, y este de maestros el saber articular mensajes que lleguen a la audiencia correcta. La idea es generar conocimiento, opinión y acción.

Para lograrlo, es importante introducir los beneficios de la comunicación de forma tangible para que exista claridad sobre sus beneficios y limitaciones.

Precisamente es durante este proceso que los comunicadores estratégicos fallan y hacen promesas irrealistas y a veces irresponsables, con tal de ganar un contrato con alguna firma privada.

La comunicación no puede surgir como arte de magia tras un contacto inicial con un potencial cliente corporativo. La inmersión en el quehacer del emisor es clave que poder entender quién es el receptor al que le desea contar su historia y de qué manera se puede llegar a este último, utilizando las estrategias y tácticas adecuadas.

El emisor, por su parte debe entender que su historia no es de interés general y que -es por ello- que debe llevar su narrativa a una arena tangible y digerible, de lo contrario, su mensaje será difícil de decodificar.

Lo anterior puede sonar técnico, pero realmente es una dinámica necesaria que -si se logra establecer secuencialmente- puede ayudar a que ambas partes logren un trabajo fluido y concreto.

El problema yace en que existen serías presiones en el mercado que están generando un ruido en el ambiente de las asesorías de comunicación, haciendo que firmas con gran trayectoria se estén batiendo en campañas de promesas y precios con nuevos emprendimientos de colegas que buscan generar más valor a una menor inversión.

Es precisamente en la inversión en donde la factura comienza a desbalancearse porque existe una errónea expectativa de que la persona que establece la negociación desde la Agencia de Relaciones Públicas es quien estará interactuando con el cliente, cuando en realidad, se delega el trabajo en personal junior para mitigar costos. Esto no es de agrado del cliente, quien poco a poco empieza a sentir que el producto que está recibiendo no es de la calidad adecuada, ni el alcance que quisiera. De nuevo el ruido es la génesis de una mala interpretación que -por lo general- termina por romper la relación comercial.

En mi experiencia existen mitos y realidades a esclarecer cuando se habla de un servicio de Comunicación Corporativa o Estratégica

  • Es falso que una Agencia de RP pueda rescatar una marca de una crisis en corto plazo. El negocio debe tomar decisiones de fondo que, en el transcurso del tiempo pueden mitigar y restaurar confianza. Pero es una inversión a largo plazo
  • Es falso que un comunicador externo o interno puede convencer a la prensa y organizaciones de interés, sobre los beneficios de una compañía o servicio, sin tener los elementos de juicio a la mano.
  • Es falso que todo cliente tiene siempre la razón. La asesoría precisamente debe buscar orientar a los ejecutivos de una compañía sobre los beneficios de tomar ciertas decisiones o los riesgos de no hacerlo.
  • Es falso que una Agencia va a dedicar a todo su personal Senior a trabajar para una marca exclusivamente. La operación de una Agencia no permite dedicar recursos caros a un solo cliente.
  • Es verdad que lo barato sale caro. En general una Agencia emergente o boutique puede ofrecer un precio muy competitivo, pero el pago de su personal no variará mucho y -al final- usted recibirá el servicio equivalente a su fee mensual.

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